Hace unos días estábamos dándole el par de apriete final a la culata de un compresor con nuestra llave dinamométrica cuando comenzamos a notar lo siguiente; a todos los tornillos con la misma presión de consigna le «saltaba la dinamométrica» menos a uno.
Como el apriete se va haciendo elevando progresivamente la presión, no era normal que en uno de ellos, al final, en el último pase, no saltara.
Le dimos un intento más y el tornillo seguía girando como si estuviera apretando, pero no era así porque la dinamométrica seguía sin saltar.
Decidimos aflojar el tornillo porque ya sabíamos qué estaba pasando.
En la fotografía mostramos la rosca estirada del tornillo, el de la derecha. Se estaba deformando ante la presión y por eso no llegaba al par de apriete.
La importancia de usar la llave dinamométrica es que te aseguras que los tornillos van a la presión indicada por el fabricante y que no te pasas de presión pudiendo romper el tornillo.
Si hubiéramos seguido apretando, éso es lo que hubiera pasado.
Mucha atención con los aprietes. Generalmente no todos los tornillos aunque sean del mismo diámetro llevan la misma presión. ¿Os suenan los números 8.8 – 10.9 – 11.9? Por decirlo brevemente, indican la calidad del tornillo. Tiene un par máximo diferente en función de la calidad. Es otro concepto a tener en cuenta.
Como resumen, tenemos que tener en cuenta a la hora de apretar un tornillo lo siguiente:
- Par de apriete según la zona del compresor (culata, cárter, etc. El fabricante debe facilitar un mapeado de apriete).
- Calidad del tornillo
No es tan fácil apretar bien un tornillo ¿verdad?